En los últimos tiempos hemos
podido apreciar la ausencia de liderazgo en el manejo de los gobiernos locales,
creemos que éste es un rol que los Burgomaestres tienen que retomar en
beneficio de su comunidad. El liderazgo democrático, es el arte de
fomentar y administrar la innovación al servicio de una comunidad libre.
Un líder debe tener las
cualidades requeridas para la política creativa; el primer requisito es la
observación, la capacidad de observar con exactitud las cosas. Después la
reflexión, que enseña el valor de las acciones, las imágenes, los pensamientos
y los sentimientos, ayuda a percibir la relación que tienen entre sí. Luego la
imaginación, que es modificar, crear y asociar; después la invención,
aplicación de métodos no conocidos e inéditos; y, finalmente, el juicio,
decidir cómo y dónde y hasta que grado puede ejercer cada una de estas
facultades.
Estas cualidades llevadas a su nivel más alto es la respuesta del liderazgo democrático, siempre y cuando estén acompañadas de una conducta permanente y disciplinada de la persona llamada a ser el conductor.
Estas cualidades llevadas a su nivel más alto es la respuesta del liderazgo democrático, siempre y cuando estén acompañadas de una conducta permanente y disciplinada de la persona llamada a ser el conductor.
El liderazgo es la capacidad de
hacer girar al mundo, es la capacidad de inspirar y movilizar a multitud de
personas, es una transacción pública con la historia.
El artista y el científico
tienen tiempo y espacio; el líder tiene muy poco de ambas cosas. Si algo debe
saber un lider, es que debe estar seguro que obtendrá resultados
insatisfactorios.
Cuál es en realidad su función
del liderazgo? Aquel que no aplica remedios nuevos, dijo Bacón, debe esperar
males nuevos y ya que el tiempo es el mayor innovador, la carroza alada del
tiempo ha estado viajando más rápido durante los siglos. La misión del líder es
mantener las instituciones y los valores suficientes al corriente de la
vertiginosa variación de la historia.
El líder está forzosamente
obligado a innovar. Debe representar al pueblo su oferta cada día más
interesante, cada día más resuelto a ganar las causas justas, más pleno de su
ideal. No tiene fibra de líder quien carece de imaginación, pues nada grande se
ha ganado sin esta inspiración.
El líder debe buscar la
introducción de un nuevo elemento, claro que es una empresa peligrosa, porque
significa la ruptura de los lazos de la costumbre, provoca resistencia.. Schumpeter hizo hincapié en la venganza
que ejerce el medio contra los que deseen hacer algo nuevo.
Tocqueville decía que una democracia puede llegar a la verdad, sólo como resultado de la experiencia; muchas naciones pueden desaparecer mientras están esperando las consecuencias de sus errores.
Lo que se quiere hoy en días es
un nuevo estilo de liderazgo que responda a las normas constitucionales como
las necesidades populares. El liderazgo es indispensable incluso en el régimen
de adquiescencia. El líder debe saber que hacer y como hacer. Un Alcalde tiene
que ser el líder de su comunidad.
Conocer lo que tienes entre tus
manos y actuar dentro de las disciplinas de la aprobación son los primeros
imperativos de un liderazgo democrático que tiene que estar acompañado de
simpatía por la labor que se desarrolla.
No creo, dijo Woodrow Wilson,
que ningún hombre pueda dirigir si no actuar consciente o inconscientemente,
bajo los impulsos de una profunda simpatía por aquellos a quienes se dirige;
simpatía que es comprensión que nace del corazón y no del intelecto.
El liderazgo no es amigo del
autogobierno, sino el medio para hacerlo funcionar que los seguidores tienen su
propia obligación, que es ineludible mantener a los líderes dentro del estricto
límite constitucional.
En una democracia, el liderazgo
depende particularmente del lenguaje para colocar una visión y el lenguaje
empleado por los líderes determina el tono de la política. La responsabilidad
de los líderes es de definir las acciones reales y explicar por qué en un curso
de acción es preferible la otra; y, al hacerlo, convertir el lenguaje en un
medio no de engaño, sino de comunicación, no en enemigo sino en amigo del
principio de realidad.
Los líderes deben dar a
la persona el valor de aprovechar su potencialidad de más altas. Podremos
conjurar cualquier catástrofe sólo sí los líderes escuchan a sus seguidores tan
atentamente como éstos escuchan a aquellos; ésta es la razón por cual el
liderazgo democrático encierra la mayor esperanza.
Los líderes democráticos se
deben a sus pueblos, los Alcaldes se deben a sus vecinos y están en la obligación
a solucionarles sus problemas comunales, de escucharlos de atenderlos y estar
con ellos; y no como sucede muchas veces que se sienten semidioses, se alejan
de la realidad del pueblo, se hacen rodear de saunadores, monaguillos y
ayayeros que los alejan de sus
electores, como si el cargo fuera eterno, lo que desnaturaliza el rol y la
función de un Alcalde líder que su comunidad reclama.
Julio César
Castiglioni Ghiglino
OCTUBRE DEL 2001
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