DISPOSICIONES MUNICIPALES
En los últimos días hemos podido apreciar que
existe un síndrome de candidatura, todos se sienten presidenciales y creen ser
los elegidos, cual Mesías para cruzar el mar muerto de la democracia, nosotros
creemos que ésta oportunidad electoral es para tomarla con sentido de
renovación, donde se tendrán que aplicar programas de acción, dinámica de
trabajo, políticas de fortalecimiento y crecimiento de los partidos políticos,
dando paso a los nuevos liderazgos porque ya estamos cansados de ver los mismos
rostros, la misma persona y los mismos estilos de los eternos candidatos, de
los improvisados o los que utilizaron la plata del erario nacional para
promocionarse, so pretexto que defienden al pueblo.
Ser candidato significa tener espíritu de
desprendimiento donde existan hombres y mujeres que reclaman una mayor cuota de
trabajo, buscando el máximo ideal: el ser más útiles a nuestros semejantes, a
la conquista del Perú profundo, para la transformación de nuestra patria.
Convirtamos esta oportunidad a electoral en
propicia, que permita un esclarecimiento de los objetivos, dando lugar a una
toma de conciencia no sólo más clara, sino también más firme ayudando a crear
un clima de mancomunidad de los grupos participantes en el proceso electoral
que nos lleve a trabajar con sentido fraterno por todo lo que constituye las
viejas esperanzas del Perú, las inquietudes, y preocupaciones del país.
Que nos lleve a recordar que en nuestra patria, por
razón de sus propias circunstancias, de sus tradiciones de la forma que ha
sufrido distintas influencias y su fomentado retraso político, en todos los
momentos críticos para la democracia peruana, no puede y no debe hacer sólo
política de acuerdo a la vieja usanza, igual a la que efectúan quienes sólo
buscan su provecho personal, por el contrario, se debe contribuir a formar la
conciencia cívica, limpia y que nuestro pueblo no siga siendo víctima de
demagogos oportunistas, improvisados y hasta delincuentes.
Convencidos que en las actuales circunstancias los
partidos políticos deben refundarse en sus ideales supremos que los inspiran, y
como portadores de un mensaje debe elegirse para los puestos de responsabilidad
a las personas que por su delicada vocación de trabajo garanticen una labor
seria de trabajar por el país desde los más altos cargos hasta las bases,
vitalizando en el plano organizativo, que le permita asumir con responsabilidad
la tarea de gobernar.
En este juego, las personas en acción, formación
política sólida en base a principios, tienen un papel fundamental, porque son
esas personas que antes de aceptar un trabajo, ya están proyectando como
imprimir una nueva motivación, como desarrollar su capacidad creativa, como
responder a la confianza que en él se deposite, como llegar a determinar metas,
como cubrir determinado vacío, como renovar, como generar entusiasmo colectivo,
en una palabra, planifica su acción eficaz en beneficio de los demás.
Este tipo de personas, que termina, que empieza,
que mide sus fuerzas a quien se le
conoce por su obra hecha, son personas invalorables que la patria necesita.
Dice un refrán inglés que toda que gran obra requiere de tres personas: un
creador que visualiza la idea y los beneficios que trae en el plano teórico e
intelectual; un organizador que estructure la maquinaria y funciones internas
que pondrán en práctica el sistema para logra este objetivo; y un administrador
que lleve adelante el trabajo salvando las dificultades y perfeccionamiento la
organización para hacerla más eficiente.
La persona de acción es ejecutiva distinta, es
casi siempre la síntesis de los tres, que perfecciona la idea, la organización
y la administración, porque tiene un espíritu especial; directo en sus
apreciaciones, positivo, especial y creativo. Su sentido práctico hace
fructificar todo y obtiene grandes rendimientos.
Este tipo de personas requiere el país para que
asuman la gran tarea de transformación y cambio. Personas de acción con
capacidad que les dan una tónica distinta en todas y cada una de las tareas que
asume. Acción en la organización, estructurando eficazmente, acción en los
programas realizándolos, acción en todos los campos. Transformarse en personas
de acción, en el trabajo habitual, es la tarea personal. El camino es simple,
optar una mentalidad positiva, analizando la situación actual, juzgando los
éxitos, controlando los pensamientos y sacando la lección de los fracasos,
elevemos nuestros ideales de perjuicios o fijándonos metas que estén al
alcance, disciplinándose obligándose a un programa de realizaciones, concreta
que puedan desarrollar al país e sus grandes ideas.
A toda persona al analizarla, se le explica la
frase bíblica que “por sus frutos los conoceréis” y quien ha tenido éxito en
una causa noble, quien ha realizado o sobresalido en un trabajo, es porque ha
dado un buen fruto. Cambiar de mentalidad buscando ser las personas de acción
del país. Esto es muy importante y urgente, es necesario hacerlo, aunado este
propósito con los más necesitados, formando equipos de trabajo, complementando
de acuerdo a sus talentos y capacidades personales, fijándose metas a escala de
sus alcances que se pongan en práctica, aprendiendo de la acción y experiencia
que nos trae que se perfeccionen los programas y exigiéndose siempre se llegará
sin darse cuenta a tener criterio de eficacia que se traduce en sentido
práctico; rendimiento en el trabajo, visualización de tarea, previsión para
evitar el fracaso; en una palabra madurez y capacidad de acción. Queremos
personas de éxito, que quieran a su patria y se sacrifiquen por ella allanando
el camino para las nuevas generaciones.
¿A quien elegir? Elegir bien a nuestros futuros
representantes es la llave del éxito. Hay que conocerlos y evaluarlos
individualmente y luego considerar que deben constituir un equipo de trabajo
eficiente con un programa a realizar. Tu elección debe tener un doble análisis;
las cualidades de la persona que postula y la confianza en el equipo de trabajo
que podrá constituir, que asegure el éxito en la aplicación de su programa. Hay
que medir el riesgo que se toma y aceptarlo conscientemente.
En el plano personal hay que ser muy claro y
responder con un rotundo NO a todo
aquello que sabemos negativo. No a las personas que aceptan cargos y no cumplen,
No a los que piden ser elegidos careciendo de obra hecha. No a los que
propugnan planes irreales porque anulan la acción. Al país hay que darle
siempre lo mejor de uno, exaltándose las acciones positivas, así como darle
oportunidad a todo aquel que quiera trabajar en busca del bien común.
Hombres, mujeres y programas están estrechamente
vinculados. Nada es más dañino al país que repetir nombres y persona e
improvisar candidatos, que, con pocas variantes, son los mismos que están
siempre en el frente. Acaban por merecer el calificativo de eternos candidatos,
dueños o señores feudales. Se vuelven absorbentes, impidiendo el ascenso de
otros, cuando no se anquilosan y se creen dueños de los puestos como si fueran
sus epitafios.
Esto, definitivamente es delicado en un país que
busca un futuro mejor, no puede aceptar la sola idea de intocables en un
partido político o agrupación política. El cambio de hombres es un proceso
siempre urgente.
Hombres y mujeres de buena voluntad, inspirados en
principios universales de la democracia deben trabajar para implementar un
nuevo orden social, mas justo y mas humano, que sustituya el liberalismo
económico a ultranza donde sobrevive el mas fuerte y se come al mas chico, y le
corta el paso al comunismo tan traído a menos en los últimos tiempos pero se
presentan con piel de cordero cuando tienen el alma de lobo. Larga y tenaz es
la lucha, donde el ingenio, talento y organización de los partidos políticos
democráticos, juegan un papel importante para lograr la victoria. En un proceso
electoral, flota una pregunta final, los que postulan están preparados para
gobernar. La respuesta la tienes tú, de tu actitud de buscar la renovación y el
trabajo personal de los candidatos que los lleve a la eficiencia y de esta
manera saldrá el país de la postración y el subdesarrollo buscando el éxito y
el compromiso que quieren asumir con la patria.
Se necesitan personas de buena voluntad,
hermanados en un propósito común de ayuda a nuestra patria a redimirse de
viejas e injustas desigualdades, poniendo, en el camino de su recuperación, un
clima de justicia social más humano donde prime el bien común y la defensa de
la persona sea el fin supremo de la sociedad y el Estado.
Julio César Castiglioni Ghiglino
POLÉMICA MUNICIPAL
SEMANA DEL 23 AL 29 DE MARZO DEL 2006 – EDICIÓN N° 314
SEMANA DEL 23 AL 29 DE MARZO DEL 2006 – EDICIÓN N° 314
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