lunes, 10 de marzo de 2014

APUNTES SOBRE REGIONALIZACIÓN

El proceso de Regionalización es una tarea nacional impostergable que requiere de un sustento económico y de condiciones políticas; por ello la necesidad de exigir la participación democrática y la consulta popular en todas las fases. No sólo en un debate sobre la demarcación territorial, sino sobre las funciones de los gobiernos regionales, los criterios para garantizar la representatividad en la Asamblea, lo cual debe ser considerado en la Leyes Orgánicas y en las etapas sucesivas en la implementación de los gobiernos regionales.

La Regionalización es un asunto de magnos alcances y, como tal, debe planificarse bien, que no se imponga, que no se le convierta en un proceso inmaduro y extraño. Los pueblos saben que no basta juntar varios departamentos para formar una Región. La demarcación debe ser producto, exclusivamente, de estudios de toda índole y no estar sujeto a consideraciones distintas. No debe precipitarse su ejecución por intereses políticos o coyunturales para evitar fracasos que puedan resultar irremediables o frustrar la descentralización; no debe hacerse por caprichos, por complacencia o intereses menores, que sea un proceso propicio para el desarrollo integral.

La Regionalización propuesta por el Ejecutivo no obedece a estudios y planes concretos, ya que cada departamento tiene sus propias realidades geográficas y sociales, con verticalismo que es impuesto a través de los Presidentes de las Corporaciones. Ejemplo de ello fueron las reuniones que tuvieron en Palacio de Gobierno, los Presidentes de la Cortes y los alcaldes provinciales, A dicha reunión sólo fueron indicados los alcaldes apristas, reduciéndolos a desempeñar el rol de legitimadores de lo que hace el Ejecutivo. Que ésta no sea otra etapa de entusiasmo, como tantas otras, a las cuales acude e actual gobierno, sino que sea una mediad efectivista de preparación y organización planificada, que nos conduzca al cambio trascendental para forjar una Patria más grande y soberana, digna de sus hijos.

Cada Región debe poseer las posibilidades para un desarrollo con autosostenimiento. El desarrollo de las regiones tiene sustento en los ejes productivos-sociales que potencian los recursos principales que poseen, integrándose a un Plan Nacional del cual son parte el desarrollo. La Regionalización descentralista debe buscar afianzar los poderes en base a la voluntad democrática y a las fuerzas representativas. La descentralización descentralista debe buscar afianzar los poderes en base a la voluntad democrática y a las fuerzas representativas de la nación. La descentralización, por su importancia medular en el proceso de desarrollo debe construir la viga maestra de la política económica y social del Estado, de manera tal que el marco legal en que se desarrollen no pueda ser afectado por disposiciones que, directa o indirectamente, la desvirtúen. Que se haga un proceso consistente y realista, que revierta la actual tendencia centralista y promueva la integración nacional y el desarrollo armónico de las regiones del país. Que se formule un programa descentralizador que permita a los pueblos no limeños disfrutar de sus riquezas naturales y desarrollarse en forma equilibrada.

Debemos continuar la movilización en torno a la auténtica plataforma de descentralización, concretar este propósito resulta muy complejo. Este proceso requiere, necesariamente, un cambio radical de las realidades actuales, donde destaque la trascendencia de una base histórica real.

La Regionalización es establecer conciencia regional en una determinada zona, que deben decidir su participación de determinados ámbitos regionales y ser objeto de una mayor maduración de conciencia regional en aquellas zonas donde no exista ésta. Se tendría que comenzar con Regiones-Piloto, donde exista conciencia regionalista y dar un mayor plazo a aquellas regiones donde aún no se ha podido expresar los criterios regionales.

La Regionalización debe ser un instrumento de cambio radical, debe responder al proyecto del siglo XXI, esto implica una decisión de cómo se debe distribuir la población en función de los intereses nacionales, geopolíticos, de seguridad nacional y el uso de nuestros recursos naturales, que haga del Perú una Nación donde no exista diversos desarrollos desiguales, presentando un país completamente desarticulado, donde exista pluralismo social y cultural. Este proceso tiene que elevarse de abajo hacia arriba, que incluya participación popular desde el nivel local al nacional, haciendo de los gobiernos regionales y locales entes verdaderos de poder, garantizando la participación democrática.

Apoyamos La idea de regionalizar y descentralizar al país, pero con la consulta de los pueblos, con cambios políticos, económicos y sociales, que nos lleven a una patria soberana, que los viejos sueños se hagan realidad; se abren los viejos surcos de un anhelo nacional para conciliar al derecho con la realidad y dar inicio a la codiciada descentralización.


EL SOCIAL CRISTIANO, 1987

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