La seguridad ciudadana es un
estado o situación en el cual las personas en su forma colectiva se siente
protegidas, ésto se puede lograr de diversas maneras: Mediante dispositivos
legales (leyes, reforzado por un actuar idóneo por parte de las autoridades que
deben hacer que se cumplan las disposiciones: La Policía Nacional, la
Municipalidad, entre otros y por medio de un actuar dinámico de las propias
personas, las cuales se organizan en Comités que tienen como meta principal
obtener la paz social.
El desarrollo de la Seguridad
Ciudadana responde a un fenómeno social llamado "Violencia". La
violencia ha dado lugar a que el Estado se preocupe en dar medidas para
controlarla; es indudable que el Poder Legislativo responde a un pedido que le
hace la ciudadanía que consiste en que dicte normas que le den seguridad,
porque la violencia se ha vuelto parte de nuestra sociedad, es decir,
convivimos con ella. La violencia dentro de la sociedad es normal, tal como lo
diría Dunkheim en su Teoría de la Anomia, los delitos se controlan mediante las
disposiciones que nos rigen pero, cuando las normas ya no responden a la
realidad surge un desbalance que produce una situación de anomia, es decir, las
normas ya no sirven.
Frente a esta realidad se debe tomar otro tipo
de medidas para que las leyes vuelvan a tener sentido. Es en estos momentos
donde la Seguridad Ciudadana llega a su máxima expresión, por eso, surgen
instituciones como el Serenazgo que colaboran a que los individuos se sientan
protegidos dentro de la sociedad. Tal como afirma el Sociólogo Abelardo Sánchez
León en su Informe denominado "Violencia, Participación Vecinal y
Seguridad Social", asegura ante esta situación de violencia las personas
tratan de prevenir, y como no encuentran protección policial las 24 horas del
día, buscan las formas de lograr su seguridad de acuerdo a sus posibilidades
económicas y a su ingenio.
En base a los planeamientos
anteriores podemos decir, que la violencia terrorista que hemos vivido nos ha
puesto demasiado en contacto con la muerte. Cuando esto sucede, los seres
humanos tendemos a insensibilizarnos para defendernos. Es como un mecanismo
defensa, porque si permanecemos con nuestra sensibilidad cotidiana no podríamos
soportarlo. Otros factores que han colaborado con el desarrollo de la
delincuencia son la pobreza, el desempleo, las faltas de oportunidades y el
fenómeno de la sobrepoblación en Lima y otras ciudades del país.
En principio, el ente encargado
de mantener la Seguridad Ciudadana es la Policía Nacional pero no cuenta con el
personal suficiente para cubrir totalmente las necesidades de seguridad del
país y, particularmente de Lima. En este punto no podemos dejar de mencionar
que el Terrorismo desvió la razón de ser de la Policía: "Cuidar y velar
por el orden interno" y aquí surgió un vacío que se trató de ser llenado
por un conjunto de empresas particulares, por personal mas o menos capacitado y
el Serenazgo que si cumple una función importante.
En el rubro de la Seguridad
Ciudadana no se incluye la lucha contra la subversión, las bandas de
narcotraficantes, la falsificación de monedas, el contrabando en gran escala,
etc, que por sus características tienden a afectar los derechos y garantías de
un universo mayor e indeterminado de ciudadanos en casos agravados, la misma
estabilidad del régimen político. Estos
últimos delitos afectan lo que ha venido en llamarse el "orden
interno" y que quieren ser combativos por cuerpos especializados dentro de
una organización de carácter nacional.
La violencia tiene causas y orígenes:
La Educación.- La falta de educación o la mala educación ha
provocado que la formación de la persona sea deficiente y que no se encuentre
orientada de manera correcta para que pueda desarrollarse en armonía con los
demás individuos buscando el bienestar colectivos sobre el individual. El rol
de la familia tiene un carácter principal, ya que, son los padres los llamados
a dar las primeras directrices en la formación de la personalidad.
La Pobreza.-
La necesidad hace que cierto sector de la población se dedique actividades
delictivas. No es una variable concluyente pero, si referencial.
El Desempleo y la Falta de Oportunidades.- La
igual que la pobreza lleva a una necesidad extrema en la que el individuo actúa
motivado por la desesperación, no es un factor concluyente sólo referencial.
La
Inseguridad de las personas.- Las relaciones sociales, la forma como se
relacionan las personas, son hoy día más violentas porque todos están en una
actitud agresiva o a la defensiva.
La
Modernidad.- La modernidad que todos aplaudimos viene acompañada también de
organizaciones delictivas que tienen y utilizan elementos más sofisticados.
Existen formas que tiene la Sociedad de reaccionar
frente a la Violencia como son:
Las Organizaciones Populares.- Es una respuesta
de la propia ciudadanía, que se organiza en rondas urbanas y comités de
autodefensa para hacer frente a esta amenaza. Aquí debemos ubicar los servicios
como el Serenazgo, que se sustenta en el Artículo 195º de la Constitución. La
participación del vecindario en el servicio del Serenazgo no se limita a
recibir el auxilio eventual de los serenos, sino que en los casos de mayor
organización contribuye a la vigilancia a través de brigadas de patrullaje a
pie y en otras formas de locomoción; este tipo de participante recibe el nombre
de sereno honorario, que es un representante de la cuadra, que en base a su
permanente vigilancia refuerza la labor del Serenazgo convencional.
Seguridad
Particular.- Aquí encontramos los servicios de seguridad que se han convertido
en empresas sumamente rentables, lo que se ha hecho es lucrar con la seguridad
de las personas, es decir, los individuos pagan para que se les proteja. Estas
empresas se han vuelto una fuente de trabajo y no sólo incluyen servicios de
vigilancia personal sino, que incluyen en casos especiales servicios con
cámaras de televisión, cercos eléctricos y demás aparatos dirigidos a la
seguridad.
La Policía Nacional.- Las personas recurren a la Policía para que
esta como institución controle la violencia. El policía debe recibir una
capacitación adecuada, modernización en sus equipos y un salario que le permita
vivir decorosamente, solamente así el efectivo no cederá ante la tentación de
la corrupción y reforzará su espíritu para el servicio tal como lo establece la
doctrina policial, en cumplimiento del deber que la sociedad que le ha
encomendado.
Julio César Castiglioni
Ghiglino
AGOSTO DEL 2001
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