lunes, 10 de marzo de 2014

REFLEXIONES ANTE UN PROCESO ELECTORAL


El Presidente del Partido en un mensaje a los asistentes a la II Convención de Secretarios Generales Distritales, manifestó que en las próximas semanas nuestro partido entrará en un proceso electoral interno para elegir a los candidatos al sillón municipal de cada uno de los distritos de la gran Lima.

Algunos, que son pocos, han tomado la iniciativa como extraña e inmadura para la realidad de nuestro partido; otros, han visto peligrar sus posibilidades de ser los 
únicos y eternos candidatos candidatos, quienes están más preocupados en los oropeles del cargo antes que en la responsabilidad propia del ejercicio. Pero la gran mayoría ha recibido la noticia con sentido de renovación, donde se tendrán que aplicar programas de acción, dinámica de trabajo, políticas de fortalecimiento y crecimiento partidario.

Propugnar candidaturas con ternas es lo más democrático y, como tal, éstas deben recibirse con alegría, deportivamente donde los candidatos ofrezcan a trabajar por el partido, dando el máximo de sus capacidades y experiencias, risueños por igual ante la derrota o la victoria electoral, conscientes que dentro del partido no hay vencedores ni vencidos, sino hombres que reclaman una mayor cuota de trabajo, buscando el máximo ideal: el ser más útiles a nuestros semejantes, a la conquista del socialcristianismo para la transformación de nuestra patria. Siempre he sostenido que es obligación de todos y cada uno de los pepecistas estar en el sitio que se le señale, cualquiera sea la oportunidad y, en el momento que son elegidos, dar muestra de su deseo de servicio y ofrecimiento con su testimonio vivo de preocupación por los demás. Convirtamos esta oportunidad en propicia, lejos del politicismo incidental que nos permitan un esclarecimiento de nuestros objetivos, dando lugar a una toma de conciencia no sólo más clara, sino también más firme, ayudando a crear un clima de mancomunidad institucional que nos lleve a trabajar con sentido fraterno por todo lo que constituye las viejas esperanzas del Perú, las inquietudes, y preocupaciones del partido.   

Que nos lleve a recordar que en nuestra patria, por razón de sus propias circunstancias, de sus tradiciones, de la forma que ha sufrido distintas influencias y su  fomentado retraso político, un partido como el PPC, no puede y no debe hacer sólo política de acuerdo a la vieja usanza, igual a la que efectúan los partidos tradicionales, sino que, por al contrario, debe contribuir a formar la conciencia cívica, límpida y que nuestro pueblo no siga siendo víctima de demagogos y tiranos.

Convencidos que en las actuales circunstancias los partidos políticos languidecen por falta de horizonte, cuáles son sus ideales supremos que los inspiran; y nuestro partido, como portador de la doctrina socialcristiana, debe elegir para los puestos de responsabilidad a los hombres que por su delicada vocación de trabajo partidaria garanticen los más altos cargos hasta las bases, vitalizando en el plano organizativo, que le permita asumir con responsabilidad la tarea de gobernar.

En este juego, las personas en acción, con experiencia, prácticos, tienen un papel fundamental, porque son esas personas que antes de aceptar un trabajo, ya están proyectando cómo imprimir una nueva motivación , cómo desarrollar su capacidad creativa, cómo responder a la confianza que en él se ponga, cómo llegar a determinada meta, cómo cubrir determinado vacío, cómo generar entusiasmo colectivo. En una palabra, planificar su acción eficaz.   

Este tipo de personas, que termina lo que empieza, que mide sus fuerzas, a quien se le conoce por su obra hecha, son personas imvalorables en cualquier institución, porque la levantan, tienen éxito. Dice un refrán inglés que toda gran obra requiere de tres personas: un creador que visualiza la idea y los beneficios que trae en el plano teórico e intelectual, un organizador que estructure la maquinaria y funciones internas que pondrán práctica al sistema para lograr este objetivo, y un administrador que lleve adelante el trabajo salvando las dificultades y perfeccionando la organización para hacerla más eficiente.

El hombre de acción  es un ejecutivo distinto, es casi siempre la síntesis de los 3, que perfecciona la idea, la organización y la administración, porque tiene un espíritu especial; directo en sus apreciaciones, positivo, especial y creativo. Su sentido práctico hace fructificar todo y obtiene grandes rendimientos.

Este tipo de militantes son los que requiere el partido. Personas de acción con experiencia, que les dan una tónica distinta todos y cada uno de los comités del país. Acción es la organización, estructurando eficazmente, acción en los programas realizándolos, acción en todos los campos, Transformarnos en hombres de acción, en el trabajo habitual, es nuestra tarea personal. El camino es simple, optar una mentalidad positiva, analizando nuestra situación, juzgando nuestros éxitos, controlando nuestros pensamientos y sacando la lección de nuestros fracasos, elevemos nuestros ideales de perjuicios o estrechez de criterios, fijándonos metas a nuestro alcance, disciplinandonos, pongamos en acción, hombres señalados por nuestra efectividad, destacando por encima de la mediocridad y conformismo. ¡Tú puedes alcanzarlo!.

Inevitablemente serán llamados a puestos de responsabilidad, porque a toda personal, al analizarla se le aplica la frase bíblica “que por sus frutos los conoceréis” y quien ha tenido éxito en una causa noble, quien ha realizado o sobresalido en un trabajo, es porque ha dado un buen fruto. Cambiemos nuestra mentalidad buscando ser los hombres de acción del partido.  

EL SOCIAL CRISTIANO, 1988

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