viernes, 28 de marzo de 2014

¿UN DISCURSO DE PLAZUELA? ELECCIONES REGIONALES

Terminado el proceso electoral y la elección del nuevo Presidente de la República, el tema de la Regionalización y Descentralización que tanto se escucha en las plazas públicas, regresó pero esta vez en un mensaje a la Nación que al parecer más fue una frase alegórica para entusiasmar a la galería y más no producto de un  real convencimiento de sus verdaderos alcances.

La Región no nace con la convocatoria a elecciones, ni tampoco son la dación de una ley, la Ley se encarga en reconocerlas, éstas tienen vigencia natural con una vivencia mucho más profunda desde sus entrañas. Esta nace de una realidad geográfica, antropológica, cultural y social, personas pertenecientes a un mismo grupo natural ocupan espacios comunes y buscan su unión por características idénticas; establecen un mosaico de integridad con coincidencias, afinidades, es una comunidad de vida, integrada por valores profundos de su pasado. Los pueblos se agrupan en base a su vivencia natural y enfrentan problemas idénticos, los cuales deben superar en forma organizada. El conjunto de estos valores se llaman unidades geopolíticas con realidades históricas comunes.

Es necesario para el nacimiento de las nuevas regiones se tome el pulso al ciudadano, dándole a conocer las razones valederas para la formación  de cada una de ellas, los pro y los contra y lograr una real toma de conciencia. Los pueblos han perfilado sus tradiciones y rasgos culturales, los cuales no tienen que desaparecer sino más bien se tienen que integrar buscando el verdadero sentir de la Región. No hay que hacer de este proceso extraño e inmaduro, sin el real convencimiento de sus grandes alcances, que sea un proceso de integración de la Comunidad Andina en la Sierra, de las Aldeas Nativas en la Selva y la identificación con los Pueblos Jóvenes en la Costa.      

El proceso de regionalización es una tarea nacional impostergable que requiere de decisión política, por ello la necesidad de exigir la participación democrática y la consulta popular en todas las faces. No sólo, el debate de la demarcación territorial, sino sobre las funciones de los próximos gobiernos regionales, los criterios para la representatividad en los Consejos de Coordinación Regional, su rol, funciones y competencias.

Las Regiones tienen que ser planificadas, deben ir ligadas a la determinación de proyectos a ejecutarse, a la interacción de un desarrollo homogéneo y a una labor ejecutiva de proyectos reales para desarrollar,  no más falsas ilusiones que nacen muertas porque la realidad las mató, la Regiones tienen que tener una vida propia que no estén ligadas al yugo centralista, sino que sean Entes de desarrollo, dentro de la estructura del Estado peruano.

Este proceso requiere necesariamente un cambio de mentalidad, para establecer conciencia regional en aquellos lugares, en los que aún no existe ésta y dar impulso en aquellas zonas donde exista plena disposición se debe comenzar con Regiones, que tienen experiencia ganada como el caso de la Región Chávin, donde existe identidad regional e integración a base de la experiencia. La regionalización debe ser un impulso para el cambio, debe responder al Proyecto del país, que se haga del Perú una nación donde no exista desarrollos desiguales, completamente desarticulado. Este proceso tiene que nacer de abajo hacia arriba fortaleciendo los gobiernos locales, y que incluya la participación ciudadana como entes verdaderos de poder y de cambio.

La Descentralización es un asunto de magnos alcances, y que no se imponga su realización que no se le convierta en un proceso sin rumbo.  Los pueblos saben que no basta juntar varios departamentos para formar una región o una macro Región, y tampoco se debe hacer de un Departamento una Región, sino cuenta con autosostenimiento y conciencia regional. La demarcación debe ser producto del estudio geográfico, político, social, económico, antropológico y cultural, y no estar sujeto a consideraciones distintas, no debe condicionarse su ejecución a intereses políticos por caprichos, por complacencia o intereses menores, que no sea otra etapa de entusiasmo, a las cuales acuden los Gobernantes de turno, sino que sea una medida efectiva de preparación y organización planificada que nos conduzca al cambio trascendental para forjar una patria más justa y soberana.

Hay que crear los canales para su identificación con la realidad, demos un paso adelante, trasladando el poder en forma real. Haciendo un proyecto de real dimensión con la movilización de todas las sangres. La Descentralización, debe traer consigo las posibilidades para un desarrollo sostenido, coherente y organizado, y éste debe sustentarse en los ejes productivos que potencian los recursos principales que poseen, cada localidad se debe buscar afianzar los poderes en base a la voluntad democrática y a las fuerzas representativas. La descentralización por su importancia en el proceso de desarrollo del país, debe constituirse en la viga maestra del desarrollo nacional. Que se haga un proceso consistente y realista, que revierta la actual tendencia centralista, se promueva la integración de los pueblos, y el desarrollo armónico de las localidades. Que se formule un Programa descentralizador que les permita administrar sus riquezas naturales y desarrollarse en forma equilibrada y natural.

Creemos en la Descentralización del país, con cambios políticos, administrativos, económicos reconociéndoles la autonomía que les otorga la Constitución Política del Estado, que se transfiera realmente el poder y se forje una nueva estructura del Estado Peruano que esté acorde con los tiempos en que vivimos, que los sueños se hagan realidad se dejen de lado los discursos de plazuela, se abran las puertas de la esperanza y se dé paso a la descentralización nacional.


Julio César Castiglioni Ghiglino
JULIO DEL 2001

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