lunes, 14 de abril de 2014

LA DESCENTRALIZACIÓN COMO INSTRUMENTO DE CAMBIO Y EL DESARROLLO DE LOS PUEBLOS

La Descentralización del poder supone la democracia y esta sólo se realiza plenamente en un estado donde aquel se distribuya con equidad en el ordenamiento territorial.  La idea centralizadora ha entrado en crisis en todo el mundo, al punto de que “Francia misma, patria indiscutible del centralismo”, cuyo modelo de Estado fue seguido por muchos otros países e influyó grandemente en la organización administrativa española y latinoamericana, ha sido ganada por el criterio descentralizador.

En el terreno del reordenamiento institucional, es evidente que se requiere especificar las funciones que los distintos órganos del gobierno descentralizados y centralizados deben tener en el futuro en el ordenamiento básico del país, donde legislar debe seguir siendo la tarea principal del Congreso Nacional, en el marco de un país con un régimen históricamente unitario. La autonomía y vida propia de las regiones son también la base para que el país cuente con ciudadanos formados para pensar y decidir independientemente con iniciativa propia, lo que constituye la fuente esencial de riqueza y valor de un pueblo.

El país está perdiendo lo más valioso tanto de su cultura viva, sus fiestas, sus leyendas, sus cultos, su música y el respeto por sus costumbres. Un país dueño de una cultura milenaria, debe basarse en ella para proyectarse al mundo global, sólo así podrá ser moderno y a su vez respetado, grande y alegre. Los factores culturales tienen un profundo impacto en la identidad nacional y en la autoestima de los peruanos y con implicancias económicas importantes para el turismo y de grandes posibilidades para el país.

Se requiere delimitar con claridad las funciones de los diversos estamentos de gobierno, establecer mecanismos de capacitación para los funcionarios que trabajen en ellos así como la asignación de fondos y la captación de recursos propios que pueden tener. La población peruana considera que es necesario cambiar la pauta que ha caracterizado el desarrollo nacional, procurando canalizar más inversión hacia el interior peruano.

La instancia intermedia entre el gobierno municipal y el gobierno nacional, son las regiones. El tipo de funciones que le asigna a esa instancia intermedia debe ser más carácter ejecutivo que político: coordinar con las municipalidades, planificar el desarrollo e invertir en infraestructura del ámbito intermedio.

Existe consenso en relación con la necesidad de establecer una instancia intermedia que favorezca la coordinación de las dinámicas locales entre sí, sin anularlas ni interferir con ellas. La población prefiere un modelo más ejecutivo. La descentralización es una nueva etapa de la democracia, y no puede ser reducida a un asunto político-administrativo o de ajuste de costos en el Estado. Es un proceso productivo-social de ocupación y organización del territorio, con la redistribución democrática del poder, y el reencuentro con la condición andina ambiental y sus zonas de habitabilidad.

El Estado en su conjunto debe ser descentralizado, correspondiendo así a una sociedad diversa y ampliamente distribuida en el espacio, y a un territorio cuya ocupación requiere formas de organización adecuadas para su gobierno, en los que sus niveles descentralizados regionales deben también ser compuestos por elección directa democrática de los ciudadanos.

                                            JULIO CÉSAR CASTIGLIONI GHIGLINO
                                                                 Lima, 23 de julio de 2002

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