lunes, 14 de abril de 2014

LA SEGURIDAD CIUDADANA Y LOS GOBIERNOS LOCALES

La seguridad ciudadana es un estado o situación en el cual las personas en su forma colectiva se sienten protegidas, esto se puede lograr de diversas maneras; mediante dispositivos legales (leyes, reforzado por un actuar idóneo por parte de las autoridades  que deben hacer que se cumplan las disposiciones :La Policía Nacional, la Municipalidad, entre otros y por medio de un actuar dinámico de las propias personas, las cuales se organizan en Comités que tienen como meta principal obtener la paz social. El desarrollo de la Seguridad Ciudadana responde a un fenómeno social llamado “violencia”. La Violencia ha dado lugar a que el Estado se preocupe en dar medidas para controlarla; es indudable que el poder Legislativo responde a un pedido q le hace la ciudadanía que consiste en que dicte normas que le den seguridad, porque la violencia se ha vuelto parte de nuestra sociedad, es decir, convivimos con ella. La violencia dentro de la sociedad es normal, tal como lo diría Dunkheim en su teoría de la Anomia, los delitos se controlan  mediante las disposiciones que nos rigen pero, cuando las normas ya no responden a la realidad surge un desbalance que produce una situación de anomia, es decir, las normas ya no sirven. Frente a esta realidad se debe tomar otro tipo de medidas para que las leyes vuelvan a tener sentido. Es en estos momentos donde la Seguridad ciudadana llega a su máxima expresión, por eso, surgen instituciones como el Serenazgo que colaboran a que los individuos se sientan protegidos dentro de la sociedad. Tal como afirma el sociólogo Abelardo Sánchez León en su informe denominado “Violencia, Participación Vecinal y Seguridad Social”, asegura ante esta situación de Violencia las personas tratan de prevenir, y como no encuentran protección policial las 24 horas del día, buscan las formas de lograr su seguridad de acuerdo a sus posibilidades económicas y a su ingenio. En base a los planteamientos anteriores podemos decir, que la violencia terrorista que hemos vivido nos ha puesto demasiado en contacto con la muerte. Cuando esto sucede, los seres humanos tendemos a insensibilizarnos para defendernos. Es como un mecanismo de defensa, porque si permanecemos con nuestra sensibilidad cotidiana no podríamos soportarlo. Otros factores que han colaborado  con el desarrollo de la delincuencia son la pobreza, el desempleo, las faltas de oportunidades y el fenómeno de la sobrepoblación en Lima y en otras ciudades del país.
En principio, el ente encargado de mantener la Seguridad Nacional es la Policía pero no cuenta con el personal suficiente para cubrir totalmente las necesidades de seguridad del país y, particularmente de Lima. En este punto no podemos dejar de mencionar que el Terrorismo desvió la razón de ser de la Policía: “Cuidar y velar por el orden interno” y aquí surgió un vacío que se trató de ser llenado por un conjunto de empresas particulares, por personal más o menos capacitado y el Serenazgo que sí cumple una función importante.

En el rubro de Seguridad Ciudadana  no se incluye la lucha contra la subversión, las bandas de narcotraficantes, la falsificación de monedas, el contrabando en gran escala, etc, que por sus características tienden a  afectar los derechos y garantías de un universo mayor e indeterminado de ciudadanos en casos agravados, la misma estabilidad del régimen político. Estos últimos delitos afectan lo que ha venido en llamarse el “orden interno” y que quieren ser combatidos por cuerpos especializados dentro de una organización de carácter nacional. La violencia tiene causas y orígenes: La Educación.- La falta de educación o la mala educación ha provocado que la formación de la persona sea deficiente y que no se encuentre orientada de manera correcta para que pueda desarrollarse en armonía con los demás individuos buscando el bienestar colectivo sobre el individual. El rol de la familia tiene un cracter principal, ya que, son los padres los llamados a dar las primeras directrices en la formación de la personalidad. La pobreza.-  La necesidad hace que cierto sector de la población se dedique a actividades delictivas. No es una variable concluyente pero, si referencial. El Desempleo y la Falta de Oportunidades.- Al igual que la pobreza lleva a una necesidad extrema en la que el individuo actúa motivado por la desesperación, no es un factor concluyente, sólo referencial. La inseguridad de las personas.- Las relaciones sociales, la forma como se relacionan las personas, son hoy en día más violentas porque todos están en una actitud agresiva o a la defensiva. La Modernidad.- La modernidad que todos aplaudimos viene acompañada también de organizaciones delictivas que tienen y utilizan elementos más sofisticados. Existen formas que tiene la Sociedad  de reaccionar frente a la Violencia como son: Las Organizaciones Populares.- Es una respuesta de la propia ciudadanía, que se organiza en rondas urbanas y comités de autodefensa para hacer frente a esta amenaza. Aquí debemos ubicar los servicios como el Serenazgo, que se sustenta en el Artículo 195° de la Constitución. La participación del vecindario en el servicio del Serenazgo no se limita  a recibir el auxilio eventual de los serenos, sino que en los casos  de mayor organización contribuye a la vigilancia a través de brigadas de patrullaje a pie y en otras formas de locomoción; este tipo de participantes recibe el nombre de sereno honorario, que es un representante  de la cuadra, que en base a su permanente vigilancia refuerza la labor del Serenazgo convencional. Seguridad Particular.- Aquí encontramos los servicios de seguridad que se han vuelto una fuente de trabajo y no sólo incluyen servicios de vigilancia personal sino, que incluyen en casos especiales servicios con cámaras de televisión, cercos eléctricos y demás aparatos dirigidos a la seguridad. La Policía Nacional.- Las personas recurren a la Policía para que ésta como institución controle la violencia. El policía debe recibir una capacitación adecuada, modernización en sus equipos y un salario que le permita vivir decorosamente, solamente así el efectivo no cederá ante la tentación de la corrupción y reforzará su espíritu para el servicio tal como lo establece la doctrina policial, en cumplimiento del deber que la sociedad le ha encomendado.

                                                         JULIO CÉSAR CASTIGLIONI GHIGLINO
                                                                             Lima, 19 de junio de 2002 

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