OPINIÓN
El
Foro fue establecido en Canberra, Australia, en noviembre de 1989 por
iniciativa del entonces primer ministro australiano, Robert Hawke, en respuesta
a la creciente interdependencia económica de las economías del Asia Pacífico.
APEC
tiene la finalidad de intensificar el sentimiento de Comunidad en Asia Pacífico
y reducir las diferencias entre las economías de la región mediante una senda
de crecimiento sostenible. Las decisiones se toman por consenso y los
compromisos se asumen voluntariamente.
Nuestro
país comenzó a participar como miembro pleno en noviembre de 1998, durante la
Décima Reunión Ministerial celebrada en Kuala Lumpur, Malasia. Dese el inicio
de la década de los noventa, el Perú llevó a cabo una estrategia, con participación
del Sector público y privado, para ser aceptado como miembro del foro más
importante de Asia Pacífico. En 1990, el sector empresarial logró acceder al
Pacific Basin Economic Council (PBEC) como primer paso de la estrategia para
lograr una inserción exitosa en las relaciones económico-comerciales de la
Cuenta del Pacífico. Posteriormente, en 1991, se logró el ingreso formal al
Pacific Economic Cooperatión Council (PECC) gracias al trabajo coordinando de
las comisiones tripartitas. La estabilización de nuestra economía y las
importantes reformas estructurales efectuadas en la década de los noventa
facilitaron, sin duda, este objetivo. Asimismo, las relaciones con los países
de la región Asia Pacífico lograron, como resultado, una mayor presencia, que permitió
una disposición favorable por parte de los miembros para apoyar nuestro ingreso
al foro.
Hay
que tener en cuenta que el potencial exportador es producto de la competividad,
de la mayor productividad, del estándar de calidad, del mejor uso de los recursos
y de las capacidades gerenciales. Además, con la globalización han comenzado a
aplicarse restricciones cualitativas en el comercio mundial que vienen dando
lugar a una sutil forma de proteccionismo que involucrar a países
desarrollados.
Promover
las exportaciones e impulsar la industria implica disminuir o eliminar los
sobrecostos para ser más competitivos en el mercado externo. En el comercio con
el exterior es vital conocer no solo a los consumidores, sino también los
empresarios, quienes deben buscar alianzas estratégicas con sus homólogos.
Además
de sus ubicación en un punto estratégico el continente sudamericano, que le
permite servir de puerta de entrada y salida del comercio en la Cuenca del
Pacífico, y de contar con materias primas que los asiáticos necesitan, como
cobre, hierro y estaño, el Perú debe aprovechar sus ventajas comparativas en
textiles y confecciones de algodón Pima y de alpaca y en la agroindustrial. Se
ha avanzado mucho en este sentido, pero se debe continuar para estrechar aún
más los lazos diplomáticos y de integración con las diversas economías pues,
efectivamente, nuestro comercio con Asia ha crecido desde 1990.
Es
impostergable la preparación académica y tecnológica del recurso humano en los
diversos campos, incluyendo el conocimiento de la cultura, historia, idiomas e
idiosincrasia de los países de Asia Pacífico.
Todo
lo anterior será posible si se emprende un trabajo conjunto entre el gobierno
central, los gobiernos regionales, los gobiernos locales, la empresa privada y
el sector académico. De esta manera, tanto las normas para promover la
producción y las exportaciones, así como las inversiones se podrán realizar
coordinadamente apuntando a un objetivo común. Así, será posible lograr el
desarrollo de nuestro país desde una visión conjunta y no asilada.
JUSTO MEDIO - NOVIEMBRE DE 2008
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