jueves, 4 de enero de 2018

EL ABOGADO FRENTE A LA CORRUPCION

                                                             
Con sorpresa la ciudadanía ha visto los videos difundidos en diferentes medios de prensa, donde el actual Alcalde de Villa María del Triunfo y su hermano, ambos recluidos en el Penal por delitos de corrupción, señalaban ante sus probables auspiciadores que habían invertido medio millón de soles, y que tenían todo arreglado en el Jurado Nacional de Elecciones para vacar al anterior Alcalde. Hecho que posteriormente consiguieron, frente a lo cual la población se pregunta: ¿Cuál es el rol de los abogados y de los miembros que integran este organismo autónomo constitucional?

El Abogado es un servidor de la Justicia y un colaborador de su administración y su deber es de defender con estricta observancia las normas jurídicas. La conducta del abogado debe estar caracterizada por la probidad y la lealtad y por el desempeño con dignidad de su ministerio, con estricta sujeción a las normas. La conducta profesional supone un buen concepto público. El concepto de Probidad, abarca todas las virtudes, equivale a un ser que obra con rectitud, integridad y honradez.

La lealtad, la veracidad, la buena fe, la honradez supone una conciencia delicada y escrupulosa, en no sólo ser, sino parecer honesto en todo momento. La lealtad, supone cumplir con las leyes de fidelidad, honor, legalidad, verdad, la actuación del letrado "significa que cada uno debe guardar fidelidad a la palabra dada y no defraudar la confianza o abusar de ella ya que ésta forma la base indispensable de todas las relaciones humanas".

La verdad debe ser su culto y la honestidad su religión. "El fundamento de la justicia es la fidelidad; la firmeza y veracidad; la fidelidad consiste en hacer lo que se ha prometido en el ejercicio de su profesión".

La lealtad y la veracidad son los soportes éticos sobre los que debe descansar el ejercicio de su misión, en la que siendo esclavo de la ley, debe elevarla al sacerdocio, veracidad y buena fe.

Si el abogado no es digno, ni respetable, ni honesto, si hiere la delicadeza y la consideración del hombre de bien, difícilmente logrará la adhesión de los demás. Ningún desasosiego, ningún "miedo de vivir" justifica apartarse de los cánones de la verdad.

"El abogado debe mantener el honor y la dignidad. No solamente es un derecho, sino un deber, combatir por todos los medios lícitos, los actos de corrupción de los magistrados y colegas y denunciarla a las autoridades competentes o a los Colegios de Abogados". "No deben permitir que se usen su cargo profesional o su nombre, para facilitar o hacer actos deshonestos”.

La abogacía un servicio público, una función social, para la defensa del derecho y la justicia. Debe presidirla la moderación en las ambiciones materiales. Si el signo metálico se antepone a esos objetivos y valores, se corre el riesgo de transformar al jurista en un comerciante.

Ángel Osorio, en el Alma la toga, decía: "En el abogado, la rectitud de conciencia es mucha más importante que el tesoro de los conocimientos. Primero es ser bueno; segundo: ser firme; tercero: ser prudente; cuarto: ser ilustrado; y quinto: ser experto o perito. La "viveza" o la "astucia" no suplen con ventajas esos valores. La astucia es el vicio de la profesión. El fraude es la prostitución profesional. La falsedad es la apostasía profesional. La fuerza de un abogado  está en el acabado conocimiento de lo verdaderamente justo, en la total devoción al derecho vigente. Verdad e integridad puede hacer más en la profesión, que los ingeniosos y fraudulentos artificios.

El deber profesional, y bien adquirido es la gloria del abogado. Esta es la uniforme certeza de la justicia y del foro". Compenetrarse de estos ideales y principios lleva a querer la profesión, de modo tal de hacer eventual realidad el último mandamiento de Couture: "Ama tu profesión. Trata de considerar a la abogacía de tal manera, que el día en que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que se haga abogado".

Julio César Castiglioni Ghiglino

Enero, 2018